Virgen Santa, sublime criatura, desde esta tierra te saluda un pecador que merece castigos y no gracia, justicia en vez de misericordia.
Bien se que te complace en ser tanto más benigna, cuanto eres más grande; cuanto son más pobres los que a Ti recurren, tanto más te empeñas en protegerlos y salvarlos.
Tu eres, Madre mia, la que lloraste un día a tu Hijo muerto por mí. Ofrecele te ruego, tus lágrimas a Dios, y por ellas, consígueme un verdadero dolor de mis pecados. Amén.
De 30 Días con María.
Campaña Salvador Reina, por la gracia de Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario